La estafa de Frederick
En cajita feliz
El plan de Frederick representa la ruptura por parte de Hitler del pacto de no agresión que firmó con Stalin.
En comilona con sobremesa
Mientras Napoleón está viendo qué hacer con la enorme pila de madera, nota que Frederick es "el que estaba más ansioso por obtenerla, pero no quería ofrecer un precio razonable" (8.6). A su vez, las relaciones entre Napoleón y Pilkington eran "casi amistosas" (8.7). Y cuando los animales empiezan a darse cuenta de la amenaza que puede representar Frederick, Napoleón les enseña a cantar "Muerte a Frederick" (8.8). Listo, la decisión es pan comido: ¡hay que venderle la madera a Pilkington!
Pues no. Cuál no fue la sorpresa de todos al ver que Napoleón se cambia de bando y se la vende a Frederick, supuestamente para hacerlo subir el precio. Pero el que ríe último ríe mejor: Frederick le da dinero falso y se lleva la madera gratis. Y Napoleón se queda sin chicha ni limonada.
Y aquí va la historia real: Stalin (Napoleón) y Hitler (el señor Frederick) eran archienemigos. El partido Nacionalsocialista estaba súper en contra del comunismo, entre otras cosas, porque los nazis eran fascistas (aunque el nombre del partido incluía la palabra "socialista"; vaya uno a saber…). Por su parte, Don Stalin (en teoría) estaba súper en contra del fascismo; a tal punto que a fines de la década de 1930 casi casi que firma una alianza política antialemana junto con Francia y Gran Bretaña (que en la obra representa el señor Pilkington).
Tras fracasar el pacto, Stalin le hizo lero lero a Gran Bretaña y firmó un pacto de no agresión con Hitler (en agosto de 1939). El pacto dividía Europa oriental entre zonas de influencia alemana y soviéticas. Sí señores: los archienemigos se volvieron amigos para siempre.
¿Se la creyeron otra vez? Mal, porque no fue así la cosa. A principios de 1941, los espías de Stalin le contaron que Hitler estaba planeando romper el pacto. Stalin no podía creer que los alemanes pensaran invadir Rusia antes de vencer a Gran Bretaña, pero así fue: en junio de ese mismo año, Hitler lanzó la llamada Operación Barbarroja, en la que millones de tropas alemanas se abalanzaron sobre territorio soviético.
Una historia un poco más dramática que la del dinero falso, ¿o no?