Bichos
Una aventura en miniatura
Hay más insectos e imágenes de insectos en esta novela de los que puedes matar con un insecticida. Cuando un conductor le da un aventón a Tom Joad, un saltamontes logra meterse en la cabina del tráiler.
Joad reached forward and crushed its hard skull-like head with his fingers, and he let it into the wind stream out the window. (2.56)
Vaya, Tom está aplastando cráneos, al menos en sentido figurado. ¿No podría haber lanzado al pobre saltamontes por la ventana?
De eso nada. No después de lo que los saltamontes hicieron en el Medio Oeste.
El 26 de julio de 1931, una plaga de saltamontes golpeó la región del Medio Oeste de los Estados Unidos, y destrozó los cultivos y las granjas. La plaga era tan espesa, que el tapó el sol temporalmente. Esa es una enorme cantidad de insectos hambrientos... y una enorme cantidad de vidas arruinadas.
Nuestro narrador presta especial atención a los insectos que pueblan los campos, y nos recuerda a la historia bíblica del Éxodo, en la que se describe la plaga de langostas que descendió sobre los cultivos egipcios, después de que el faraón se negara a liberar a los esclavos hebreos.
Sin embargo, en Las uvas de la ira también nos damos cuenta de lo fácil que es para los seres humanos matar insectos, y la violencia con la que lo hacemos. Tom, por ejemplo, aplasta al saltamontes. Empezamos a notar similitudes entre la manera en la que los humanos tratan a los insectos y la forma en la que los propietarios tratan a los granjeros arrendatarios: cuando las cosas se ponen duras, los duros se ponen violentos.