Animales cautivos
Los lugareños son bendecidos con la presencia de un ángel de carne y hueso; sin embargo, no les cuesta nada convertirlo en una atracción de feria:
"Pero cuando salieron al patio con las primeras luces, encontraron a todo el vecindario frente al gallinero, retozando con el ángel sin la menor devoción y echándole cosas de comer por los huecos de las alambradas, como si no fuera una criatura sobrenatural sino un animal de circo".
Y la situación no mejora. Cuando el niño comienza a visitar al hombre alado, "el ángel no fue menos displicente con él que con el resto de los mortales, pero soportaba las infamias más ingeniosas con una mansedumbre de perro sin ilusiones".
Una última cuestión que nos hace pensar que el cautiverio es un tema relevante en la historia: el hecho de que Pelayo trabaje como alguacil. Actualmente, en los tribunales estadounidenses, los alguaciles desempeñan varias tareas, pero en el pequeño pueblo de García Márquez, no serían más que meros carceleros. Eso significa que Pelayo se dedica a mantener a la gente encerrada. ¿Y qué es lo que hace nada más renunciar a su empleo? Construye un criadero de conejos.
Está claro que ya te convencimos de que los animales cautivos representan un símbolo importante. Ahora bien, ¿cuál es el verdadero significado de ese símbolo? Pues como todo lo relacionado con este cuento, es complicado. Puede que haga referencia al hecho de que los lugareños quieran conservar todo en cajas pequeñas. Encierran al ángel porque es la única forma en la que pueden darle sentido.
O puede que sirva como oposición a la habilidad de volar. El ángel aterriza en el patio de Pelayo porque no puede volar y huye tan pronto es capaz de hacerlo. ¿Y qué es lo contrario a la libertad que te ofrece el vuelo? En nuestra humilde opinión, una jaula es un ejemplo perfecto.