Huckleberry Finn
La vida de Finn no es envidiable. Para comenzar, el niño está intentando sortear como diez sistemas distintos de conflictivas reglas. Tiene que decidir a quién serle leal: si a la religión o a sus instintos; obedecer a su padre u obedecer a la viuda; escuchar a Tom o a las Phelps. Con todos estos conflictos, Huck tendrá que hacerse camino por donde él crea correcto, algo bastante difícil cuando eres un niño atrapado en un mundo regido por las leyes morales.
Lo atractivo de su personalidad, es que encara estos conflictos con mucha seriedad. Fíjate en la escena donde Huck decide disculparse con Jim sin importar que Jim sea negro, o ese momento en el capítulo 31 cuando Huck debe decidir si entregarlo o no y explicarle todo a la señorita Watson. Por una parte, todas las reglas con las que ha crecido, le dicen que no puede liberar a un esclavo. No importa si cree que Jim es su amigo, él en realidad cree que irá al infierno si ayuda al esclavo. Siguiendo sus creencias, Huck demuestra una personalidad increíblemente fuerte cuando de forma desafiante, dice que al demonio con su conciencia, simplemente irá al infierno y ya está.
A pesar de estos momentos de escrutinio personal intenso, Huck definitivamente lucha con su propio sentido de identidad. Al comienzo de la novela, oscila entre su cómoda vida en el bosque y el darse cuenta de que, en realidad, ser civilizado no está tan mal. Pareciera que para él vivir al lado del río, es pretender ser otra persona, y ciertamente muestra una afición por decir mentiras todo el tiempo. Y fíjate en todos los comentarios acerca de Tom Sawyer a lo largo de su viaje; siempre repite que quiere ser como Tom, siempre preguntándose qué haría Tom, siempre pensando en tener el mismo trabajo de Tom, etc. Claro, al final de la novela, Huck, literalmente, se hace pasar por Tom. Entonces ¿por qué quiere ser como Tom? ¿Tiene éxito? ¿Cambia su manera de pensar cuando ve cómo se comporta Tom? ¿Qué crees?