La parábola del zorro y las gallinas (4.105)

La parábola del zorro y las gallinas (4.105)

Un día Pedro Tercero y Blanca visitan al abuelo Pedro García y este les relata un cuento que va más o menos así: todas las noches, un zorro viejo y astuto entra en un gallinero para robar los huevos y devorar los pollitos. Las gallinas, hartas de seguir aguantando, deciden tomar medidas. Se organizaron, y la próxima vez que el zorro se metió en el gallinero, lo picotearon hasta dejarlo medio muerto y lograron que escapara con la cola entre las patas. Fin.

Ahora bien, ¿son el zorro y las gallinas el único tema del cuento? Eh…, no. Es muy probable que el zorro y las gallinas representen algo más, y que el objetivo de la historia sea trasmitir una moraleja sobre gente débil (como los trabajadores de Las Tres Marías) que se agrupa para defenderse de los poderosos que se aprovechan de ellos (como Esteban Trueba).

Para nosotros, la parte más significativa de la parábola del viejo Pedro García es la función que desempeña en la caracterización de Pedro Tercero como un joven y advenedizo revolucionario. Más tarde escribe una canción sobre la fábula de su abuelo y la canta delante del patrón, y para que a este le quede bien claro, dice: "Si las gallinas pueden hacerle frente al zorro, ¿qué puede esperarse de los seres humanos?" (5.50).

La canción del zorro y las gallinas sigue apareciendo a lo largo de toda la novela, y cada vez que leemos algo sobre ella, pensamos en Pedro Tercero. Se podría decir que es su himno. La breve composición se extiende entre los campesinos, que tararean la melodía a pesar de ponerse un poco nerviosos con las ideas revolucionarias de Pedro. Esto enorgullece a su padre y a él lo hace famoso.