Minerva

Minerva es una niña no mucho mayor que Esperanza, pero ya está casada y tiene dos hijos. Minerva y Esperanza pasan tiempo juntas y leen los poemas que escriben. Pero Minerva siempre tiene muchos problemas. Primero, su primer esposo la abandona, y luego vuelve. Después vuelve a irse. Y así sucesivamente. Esperanza dice que Minerva siempre está "triste como una casa que arde" (33.2), es una frase que nos gusta mucho porque verbaliza completamente el estrés y el drama de la vida doméstica de Minerva. Después de una separación y reconciliación particularmente tumultuosa, Minerva se aparece en la casa de Esperanza cubierta de moretones para pedirle que la aconseje. Esperanza se siente impotente; nos da la sensación de que le gustaría decirle a Minerva que debe reunir fuerzas y decirle al perdedor de su marido que se vaya y no vuelva nunca más.