Capuleto

Lord Capuleto (alias Capuleto a secas) es el padre de Julieta. Al comienzo, parece un buen padre. Cuando Paris viene husmeando en busca de Julieta (quien, recordemos, tiene trece) para casarse con ella, Capuleto lo detiene, diciendo que todavía su hija está muy joven y sugiriendo, inclusive, que se casará por “amor” (1.2.2-3). Por cierto, esto es bastante poco común en la obra de Shakespeare. La mayoría de los padres (como Baptista Minola en La Fierecilla Domada) son corredores de matrimonios, como si de seguros se tratara, sin siquiera consultar con sus hijas.

Pero Capuleto no es un buen padre por mucho tiempo. Paris, eventualmente lo convence de que él y Julieta deben casarse (3.4.2). Para este momento, Julieta ya está casada, en secreto, con Romeo. La cosa es que Julieta no está precisamente loca por casarse con Paris, y las cosas se ponen feas cuando se lo dice a su padre.

La respuesta de Lord Capuleto a la “desobediencia” de Julieta es tan violenta que comenzamos a verlo como un tirano. Vemos la agresión física más prominente en la gran escena de confrontación con Julieta, cuando discuten si se casa o no con Paris. Al negarse Julieta, los gritos de Capuleto, “¡Fuera de aquí clorótica materia! ¡Fuera, miserable! ¡Cara de sebo!” (3.5.3) y luego “tienen mis dedos tentación”, cuando Julieta se revela, sugieren que es propenso a la agresión física (3.5.4). También arremete contra la nodriza y contra su esposa.

La relación de Capuleto con su esposa también da para el debate. Lady Capuleto es, probablemente, mucho más joven que él, ya que se casaron cuando ella tenía doce. No es necesario decir que esta diferencia de edad causaba tensión en el matrimonio. “Y esas madres prematuras se marchitan demasiado pronto” le dice a Paris, en clara referencia a su propia esposa.