El fuego
El fuego se usa de muchas formas en El señor de las moscas. Desde el comienzo de la novela, Ralph está determinado a mantener la señal de fuego en caso de que pase algún barco cerca de la isla. Eso está bien hasta que la primera señal de fuego que encienden los niños se descontrola, y se pierde al menos un niño (léase: se quema). El fuego entonces, se convierte en un símbolo, paradójicamente, de la esperanza del rescate y de la destrucción ya que, irónicamente, con el fuego que enciende Jack al final de la novela (en su intento por cazar y matar a Ralph) es cuando los niños son rescatados. ¿Qué querrá decir el hecho de que el rescate sea igual a la destrucción? Esta pregunta nos lleva de nuevo, como todos los símbolos de la novela, a la Enorme Alegoría de la novela. Si el mundo de los niños es sólo una alegoría del mundo real, entonces en realidad no son rescatados; sólo pasan a un nivel más alto de violencia, y sí, destrucción. Por eso es que el rescate se iguala a la destrucción.