Ruth Younger
Ruth es, en muchos aspectos, una típica ama de casa de los años ‘50. Hace el desayuno, limpia la casa y apoya a su esposo, pero sus deseos personales se los guarda para ella misma. Sin embargo, a diferencia de las amas de casa de los años ‘50, ella sí sale al mundo y trabaja duramente. No solo lucha para mantener su casa limpia y ordenada, sino que va a las casas de los ricos y trabaja allí también. Como personaje, Ruth representa las dificultades de ser una madre de la clase trabajadora.
Todo este estrés financiero es la razón de los problemas matrimoniales de Ruth. Su esposo Walter está increíblemente insatisfecho con su vida y constantemente lo paga con ella. Pero Ruth no es un trapo con el que se lava el piso y se lo hace saber a su esposo cada vez que actúa como un imbécil. Sin embargo, en la obra queda claro que el desbarajuste en su matrimonio le está cobrando un precio muy elevado a Ruth. A menudo está irritable y deprimida, y por momentos se hunde en la desesperación.
Todo esto es lo que piensa Ruth cuando se entera de que está embarazada y considera abortar. En los años ‘50 el aborto hubiera sido a) ilegal y b) peligroso. Pero de acuerdo con Mamá “Cuando el mundo se pone feo, una mujer hace cualquier cosa por su familia. Por la parte que está viva” (1.2.235). Aunque Ruth odia la idea de abortar su bebé, siente que es la mejor decisión por su situación financiera.
Sin embargo, al final Ruth elige tener el bebé; encuentra esperanza en el hecho de que la familia Younger pronto se mudará del diminuto e infestado apartamento a una nueva casa. Tendrá que seguir trabajando para ayudar con la hipoteca, y todos tendrán que lidiar con el problema racial por vivir en un vecindario de blancos. Sí, todavía Ruth tendrá que seguir luchando, pero con su familia apoyándola se siente lista para afrontar esa lucha.