La madre de los espíritus es vista como la madre de los egwugwu y, en consecuencia, una deidad adorada por los Umuofia. En varios sentidos, es la personificación del clan Umuofia. Pero el momento en que uno de los cristianos conversos, Enoch, comete el terrible crimen de desenmascarar a un egwugwu es un momento crítico para los Umuofia. Desenmascarar a un egwugwu se equipara con matar a un dios. Es un momento en donde la forma en que viven los Umuofia es irrespetada profundamente y el daño es irreparable. La noche después del desenmascaramiento, la madre de los espíritus lamenta la muerte de su hijo. El narrador hace una comparación entre la madre de los espíritus y el clan: "Parecía como si el alma del clan llorara por el inmenso mal que se avecinaba; su propia muerte". También es importante que la madre de los espíritus no hace nada sino llorar y quejarse; no venga la muerte de su hijo y tampoco los Umuofia vengan los crímenes que cometen los hombres blancos contra ellos.