Señorita Pross
La Señorita Pross tiene el cabello rojo, algo alocado, de un aspecto fiero, y parece estar lista para entrar en batalla y defender a su “querida niña” (es decir, Lucie). La Señorita Pross es la encargada de cuidar a Lucie mientras el Dr. Manette está en prisión, cuando éste regresa a Inglaterra, ella se asienta en la casa de Soho.
Es un personaje algo gracioso, en una novela que es bastante seria. La Señorita Pross jamás titubea en su devoción por Lucie, hacia el rey y hacia su país. De hecho, sospechamos que ese es el orden en sus prioridades; como ella misma le dice a Lucie: “Soy una súbdita de Su Máxima Majestad el Rey George III” y reverencia la palabra, “por ello, mi máxima es “confundir sus políticas, frustrar sus trucos bellacos, en él fijamos nuestras esperanzas. ¡Dios salve al Rey!” (3.7.84)
Ni el escándalo de la revolución puede hacer tambalear la devoción de la Señorita Pross. Cuando Lucie huye con su familia al final de la novela, la Señorita Pross se convierte en la mujer que enfrenta a Madame Defarge. Sospechamos que es un movimiento deliberado: Dickens enfatiza de nuevo, la forma en que la Señorita Pross le entrega la vida entera a Lucie. Encaja, entonces, que sea ella quien le sirva a Lucie como representante en la batalla con la muerte. Al enfrentar a Madame Defarge en la casa deshabitada de los Manette en París, la Señorita Pross declara lo siguiente:
“Soy una británica […] Estoy desesperada. No quiero un par de peniques ingleses para mí. Sé que cuanto más tiempo te retenga aquí, mayor será la esperanza de mi pequeña. ¡Si me llegas a tocar, no dejaré una hebra de ese cabello oscuro que hay en tu cabeza!” (3.14.84)
Como ya sabemos, al final la Señorita Pross acaba efectivamente con Madame Defarge. Aunque ella quede sorda, Defarge muere.
Sin embargo, nos tenemos que preguntar ¿por qué exactamente la novela valora tanto a la Señorita Pross? Sí, reconocemos que es muy loable. Sabemos que una devoción tan desinteresada es muy útil en momentos de conflictos, pero ¿por qué está bien para una mujer soltera entregar su vida a otra familia? Quizá para la Señorita Pross su amor por Lucie en realidad es más fuerte que cualquier otra cosa. Está bien.
La novela parece sugerir que lo mejor que una mujer soltera puede hacer es ceñirse a las faldas de una joven esposa. En otras palabras, la novela valora la devoción de la Señorita Pross no porque quiera a Lucie, sino porque está ayudándola a asegurar el futuro de la familia tradicional. Está bien si la Señorita Pross sufre heridas en la batalla para defender a los Manette, porque jamás tendrá que preocuparse de criar a los hijos que tenga Lucie con Charles.
Amamos a la Señorita Pross, pero nos preocupa un poquitín que su personaje quizá pueda ser sustituible.