El río
Cuando el río suena…
El río de esta historia no es el tipo de río tranquilo con el que soñamos en pleno invierno cuando estamos envueltos en una manta de lana, bebiendo chocolate caliente y contando los días para que llegue el verano. No tendrás muchas ganas de ponerte a chapotear en este símbolo.
Se podrían decir muchas cosas sobre el río y su simbolismo, y ninguna de ellas sería necesariamente correcta ni incorrecta. Podrías optar por el razonamiento de "nadie se baña en el mismo río dos veces", lo cual quiere decir que el río simboliza el cambio, una idea importante en la estática comunidad de Jonás. También podrías pensar que el río simboliza el límite entre Jonás y el resto del mundo. Después de todo, es el lugar que visita Jonás cuando quiere estar solo:
—Vete —le decía el Dador de manera tensa—. Hoy estoy dolorido. Vuelve mañana.
Esos días, preocupado y decepcionado, Jonás se paseaba solo a la vera del río. Los caminos estaban vacíos de gente, salvo los pocos Equipos de Distribución y algún que otro Obrero de Paisajismo. Los niños pequeños estaban todos en el Centro Infantil después de la escuela, y los niños mayores ocupados en sus horas de voluntariado o en su formación. (13.80–81)
Por otro lado, los ríos fluyen, ¿cierto? Por lo que el símbolo podría referirse a que el río fluye alejándose de la comunidad de Jonás, y hacia el lugar al que él mismo llegará. Pero también cabe recordar que hay mucha muerte asociada al río: primero la de un niño llamado Caleb, y más tarde la muerte falsa que Jonás planeó. Al principio, Jonás piensa que la liberación es un modo de fuga de la comunidad, y luego descubre que en realidad se trata de la muerte, por lo que el río representa tanto el abandono de la comunidad como la muerte.
Esta última idea resulta un tanto graciosa, ya que de lo mismo trata el final de la obra.