Gene Forrester
Gene es el narrador y protagonista de Una paz solo nuestra. Sufre de muchos de los males que es muy probable que ya conozcas o que estás por conocer cuando también tengas dieciséis: la inseguridad, la incertidumbre, la envidia, una o dos crisis de identidad, y los odiosos estudiantes de último año de nombres impronunciables (Quackenbush, para los conocidos). Lo que queremos decir es que Gene es un adolescente típico; hasta que le entra una locura al estilo Señor de las moscas contra su mejor amigo.
Pero un momento. En realidad no sabemos si Gene es responsable o no del accidente de Finny. Por otra parte, está claro que ya desde antes le tenía envidia, se siente mejor inmediatamente después, siente una culpa horrible más adelante, admite que movió la rama y hasta le confiesa a Phineas su delito. Pero no podemos estar seguros de que ese "delito" fuera accidental, ni subconsciente, ni un impulso ciego o de intenciones malévolas. Cuando tenemos en cuenta que la fuente de los datos que tenemos es el mismo Gene, todo se complica aún más. Podría ser que Gene, agobiado por la culpa que siente por haber movido la rama por accidente, ha imaginado estas emociones antagónicas que, de hecho, nunca existieron. Claro, eso es mucha suposición, pero la idea es que todo esto se presta a varias interpretaciones y que ninguna de ellas es correcta en términos objetivos y en definitiva.
Ahora, analicemos las emociones que pueden o no haber llevado a Gene a causar el accidente. ¿Cuál es la actitud exacta de Gene hacia Phineas? Está claro desde el principio que Gene admira mucho a su amigo. El lenguaje que se emplea para describir a Finny es majestuoso y épico. Es un héroe, un atleta y un dios en los ojos de Gene. Naturalmente, también representa la competencia; en los deportes, sí, pero también en la conversación, en los actos y en el proceso de ser estudiante de Devon. Puede ser que Gene tenga mejores calificaciones, pero es Finny quien capta la atención de todos, que se los gana, que puede reunir a los muchachos para cualquier actividad y convencer incluso a Gene de romper las reglas. Esto le molesta a Gene. ¿Recuerdas cuando está en el árbol y le preocupa y enoja que Finny tenga una especie de poder sobre él? Está claro, eso se llama resentimiento. También hay una buena dosis de temor: el temor de Gene a ser poca cosa ante un ser tan superior a él.
Esto es lo que hace que todo sea tan interesante de presenciar. Gene admira y resiente, quiere y teme a su mejor amigo, y esas son muchas emociones con las que hay que cargar. Sin embargo, lo interesante es que lo que hace que Gene pase del bando de la rivalidad pasiva al del rencor activo es la bondad de Finny. Al fin y al cabo, Gene no resiente el atletismo, el don de gentes, el carisma, el sentido del humor o la gracia de Finny tanto como su personalidad. Y es esa la raíz de todo este asunto, más allá de cómo elijas interpretar el motivo.
Pero basta ya de la caída de Finny; veamos qué pasa después. Habrás notado, o no, una serie de acontecimientos muy confusos: Gene se pone la ropa de Phineas y posa frente al espejo; Gene decide volverse una parte de Phineas; Gene admite que ya no necesita la máscara de muchacho del sur que se puso al llegar a Devon; pasea en la oscuridad y siente como si nunca hubiera existido; y por último, no es capaz de llorar en el funeral de Finny porque siente como si fuera el suyo. ¿Notas algo en común? Sí, es la identidad. Gene se empieza a transformar en Phineas.
Lo raro es que todo esto tiene algo de lógica. Una forma de verlo es la culpa: Gene se siente tan avergonzado de sí mismo por haber provocado el accidente de Finny que ya no soporta ser Gene. Entonces se transforma en otro: Phineas. Otra explicación es que Gene actúa con admiración y envidia al tratar de ser como su héroe. Otra es que Gene es un muchacho de dieciséis años que lucha por definirse en tiempos difíciles. En vez de formar su propia identidad, opta por adoptar la de otro.
Esto nos lleva a otro aspecto interesante de la personalidad de Gene: el Gene de antes. El que cuenta la historia. ¿Qué hay de él? ¿Ha encontrado su propia identidad o sigue aferrado de la de Phineas? ¿Ha hecho las paces con lo que pasó durante el verano de 1942? ¿Ha adquirido, como indica en el primer capítulo, "crecimiento y harmonía" consigo mismo? Dejaremos que saques tus propias conclusiones.