Los struldbrugs
Los struldbrugs son únicos en Luggnagg. Gulliver conoce el término gracias a "una persona de calidad" (3.10.2), (y si algo le encanta es hablar con personas de calidad, es decir, gente de clase alta. Es un esnob) Esta persona de calidad sin nombre le pregunta qué haría si pudiera vivir para siempre. A Gulliver le gusta mucho la idea. Responde que ganaría un montón de dinero, aprendería todo lo que hay que saber en el mundo y pasaría todo el tiempo hablando con otros inmortales, que serían igual de brillantes que él.
La persona de calidad se ríe de la estupidez de Gulliver. El asunto es que los struldbrugs son luggnaggianos inmortales. Padres comunes y corrientes pueden tener hijos struldbrug, que son marcados con un punto encima de la ceja izquierda que va cambiando de color hasta volverse negro cuando se cumplen los cuarenta. Lo raro es que los hijos de los struldbrugs tienden a ser ordinarios y mortales.
Estos inmortales, a diferencia de nuestras fantasías de, digamos, Edward Cullen en Crepúsculo o los vampiros Bill y Eric de Sangre Verdadera, no son jóvenes para siempre. Suelen envejecer hasta los ochenta años, edad en la que, según los luggnaggianos, la mayoría de la gente decente tiene el buen criterio de morir. Al cumplir los 80 años, los struldbrugs, "no sólo [tienen] todas las extravagancias y flaquezas de los otros viejos" (3.10.13), sino que además son tercos y cascarrabias en extremo, ya que viven preocupados por el hecho de vivir para siempre.
Así, los struldbrugs representan una sátira tanto de la tercera edad como del sueño de vivir para siempre. La descripción que hace Gulliver de la condición física decadente de los struldbrugs es horrible, pero sus cuerpos ni siquiera son el peor problema que enfrentan. Entre los problemas de vivir para siempre siendo una persona mayor están:
Los matrimonios nunca duran. De hecho, por ley se anulan de manera automática a los 80 porque no es posible que dos personas puedan soportar estar con la una con la otra por toda la eternidad.
De acuerdo con la ley de Luggnagg, los struldbrugs son considerados muertos en términos legales a los 80 años y no pueden conservar sus propiedades. Esto es para impedir se apoderen del mundo por siempre (3.10.22). Pero en la práctica, también significa que los struldbrugs tienen que mendigar de por vida.
El idioma cambia de forma constante, así que los struldbrugs que tienen más de 200 años por lo general no entienden lo que dice la generación más joven o incluso los struldbrugs más jóvenes.
Los pobres struldbrugs se burlan del tipo de fantasías de inmortalidad de las que Gulliver empieza a hablar. Imagina que tendría casi todo el poder y el conocimiento del mundo gracias a su larga vida. En realidad, convertirse en alguien muy rico y saberlo todo significaría despojar a las generaciones futuras de sus propias oportunidades de ser dueños de tierras e inventar cosas nuevas. Gulliver se imagina que, si viviera para siempre, el mundo se quedaría estancado y nadie cambiaría: el mundo permanecería fijo en el lugar que le sentara mejor. Ese deseo es en extremos banal y tonto: el mundo nunca permanecerá inmóvil por una persona, sin importar cuánto tiempo viva.